miércoles, 9 de febrero de 2011

Ingesta nocturna de arañas


Ya he comentado un par de mitos famosos en Internet: el mito de que el hombre piensa en sexo cada 7 segundos, el mito de que los pájaros estallan al comer arroz y el mito de que el polvo es mayoritariamente piel muerta. Y le he estoy tomando el gustito, pues hay mucha gente que esparce esos datos como curiosidades sin tener ninguna fuente fiable de información; pero lamentablemente no hay muchos sitios donde los desmientan, al menos en español. (Además son fáciles de escribir y ando con poco tiempo). Hoy toca el turno a aquél mito que afirma que sin darnos cuenta tragamos un promedio anual de ocho arañas mientras dormimos. Esto es mentira.

Piénselo: ¿Habiendo 8 000 000 000 de personas en el mundo, conoce usted a muchas que declaren haber despertado con una araña en la boca? ¿Ninguna? Esto insinúa que se trata de suceso poco frecuente.

¿Ha observado dormir a alguien? Si lo ha hecho, quizás haya notado que aún dormido nos rascamos cuando nos pica un mosquito o que nos tapamos si tenemos frío: nuestro sistemas de defensa siguen operando. Bueno, pues la lengua es una de las partes más sensibles del cuerpo: con toda seguridad notaría el lento caminar del arácnido. En consecuencia, nuestro sistema de defensa se manifestaría en el reflejo de escupir o despertarnos; lo último que haríamos es tragar. Y es que la evolución jamás nos hubiera hecho llegar hasta aquí comiendo todo lo que involuntariamente entra en nuestra boca. Un organismo tan deficiente está destinado a las extinción.

Analogamente, un organismo que se introduce en las fauces de otro, con el cuál no tiene una relación simbiótica, también está destinado a la extinción: así es la evolución ¿qué tan lejos llegaría una especie que se mete en cálidos agujeros húmedos que respiran y se mueven? Evidentemente no tan lejos como ha llegado la araña: hace 400 millones de años que está aquí.

Además, la noche es el momento de la caza y las arañas van a buscar a sus presas: insectos que se reúnen en lugares con luz. El último lugar a donde iría una araña en la noche es a un agujero oscuro (y caliente, húmedo y que respira).

Pero si aún está dubitativo, intenté introducir arañas en la boca de un familiar desagradable. Verá que no sólo es difícil, sino que se despertará para insultarlo. (Es importante que se trate de un familiar desagradable, pues no volverá a hablarle).

El origen del mito proviene de un articulo que la columnista Lisa Holst escribió para PC profesional. Dado que ella quería demostrar lo fácil que creemos en los datos curiosos que encontramos en Internet, elaboró su propia lista de datos falsos. Irónicamente, su dato falso se ha convertido en uno de los mitos más populares de internet.

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