domingo, 27 de marzo de 2011

¿Invisibilidad?


Con todos los exámenes que estoy teniendo últimamente, y que junto con la pésima conexión que me da Fibertel me impiden postear con la frecuencia de siempre, no puedo evitar desear tener superpoderes. Y la invisibilidad es uno de mis favoritos. A diferencia de casi todas las otras habilidades, nos permite pasar desapercibidos mientras manipulamos al mundo y evita todas las molestas complicaciones de la fama. Con ella podría pedir ir al baño en medio del examen, volverme invisible y espiar lo que los otros (mejores) estudiantes han respondido. También podría incriminar o perjudicar a mis proveedores de Internet de alguna forma malévola ¿Será posible y, de serlo, seguro?

En general, cuando la luz incide sobre un cuerpo, este absorbe parte de ella y refleja el resto. Esa luz reflejada es la que llega a nuestros ojos para que podamos ver al objeto. Eso es lo que ocurre en los llamados cuerpos opacos; otros, en cambio, son translúcidos: dejan pasar luz a través de ellos. Si la nitidez es buena, como a través del vidrio de una ventana, entonces el cuerpo translúcido obtiene el título de transparente. Así, para alcanzar la invisibilidad podemos, en principio, tratar de volvernos completamente opacos para no emitir nada de luz y que no puedan vernos o tratar de hacernos perfectamente transparentes para que se vea a través de nosotros.

Comenzamos con la idea de volvernos opacos. Imaginemos que tras consultarlo con la almohada desarollás una sustancia misteriosa que al beberla te permite absorber toda la luz que incide sobre vos y no reflejar nada. Sin duda recibirás un premio por este logro, pero me temo que no serás invisible. Si bien no emitirás nada de luz hacia los ojos de nadie, se percibirá una silueta negra. Y es que lo que no refleja luz se ve negro. Un ejemplo es esto es el Espacio, en donde, salvo la de las estrellas, no hay luz que nos busque. Pero no hace falta irse tan lejos. Si tenés un objeto rojo es porque este refleja la luz roja. Si lo iluminás con una lámpara que emita luz de cualquier color salvo el rojo, entonces lo verás negro, pues no reflejará nada y absorberá el resto. (El caso contrario es un cuerpo blanco, el cual vemos como tal cuando un objeto refleja toda la luz que incide sobre él). Además, lo que está detrás de ti tampoco se podrá ver porque su luz será absorbida por tu espalda. Aunque en un cuarto pintado de negro, y con mala iluminación, tal vez funcione.

Nuestro hombre invisible: estamos lejos de lo que queríamos.
Una mejor opción, pero bastante ineficiente también, sería lograr que la parte de tu cuerpo enfrentada al observador absorba la luz mientras que la otra permita su pasaje. De esta forma lo que está detrás de ti sería visible pero vos no. Sin embargo, ya estamos hablando de transparencia en lugar de absorción: este método fracasó.

Veamos ahora la segunda forma de invisibilidad. El primer problema que tenemos es que debemos hacer que la luz atraviese cada músculo y tejido de nuestro cuerpo de forma tal que seamos perfectamente transparentes. Esto es jodido. Pensemos en un vaso con agua; el vidrio es translúcido y el agua también, pero un objeto en ellos se verá agrandado o deformado. Y es que cuando la luz pasa de un medio a otro no sigue moviéndose en línea recta sino que cambia su curso. Esto se llama refracción, y cuánta de esta se producirá depende de las propiedades de los medios involucrados.

Refracción de la luz
Como estamos hechos de muchos materiales distintos, cada parte de nuestro cuerpo curvará la luz hacia lugares diferentes y, en lugar de ser invisibles, seremos una mancha translúcida perfectamente perceptible. Así que tenemos que modificar cada porción de nuestro ser para que la refracción en cada parte de nuestro cuerpo sea tal que la luz no cambie de curso. Además está nuestra temperatura, que es diferente a la del ambiente y la refracción de la luz también depende de ella.
Bueno, ya estamos cerca.
Pero supongamos que lo logramos. Un día te golpeas la cabeza y despertás con la formula de desfajases cuánticos de reinversión macro-especular (amo inventar jerga científica). Ahora somos invisibles. El gran problema con nuestro éxito es bastante irónico: la luz atravesaría nuestros invisibles ojos y no podríamos ver nada. Nadie nos verá y a nadie veremos. Quizás hubiera sido buena idea consultar a un biólogo antes de probar la formula, quizás haya otras funciones de nuestro cuerpo, además de la vista, que requieren absorber luz.

¿Resultado final?
Por ahora mejor me conformo con estudiar y hablar mal de Fibertel en mi blog.

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