Hablemos del canon. Si usted está a favor o entiende algo de política quizás pueda responderle a este pobre estudiante de ciencias duras algunas cuestiones:
¿Donde están los estudios que sugieren...
… la existencia de las supuestas pérdidas económicas y en donde se discuten los métodos para calcularlas?
… que es la copia privada, y no el intento de seguir con un mercado obsoleto, la causa de dichas pérdidas?
… que el canon es efectivamente una buena manera de compensar aquellas supuestas perdidas?
… que no hay otras alternativas mejores o, incluso, otros tipos más eficientes de canon?
… que el canon incentiva efectivamente a la creación artística?
... que el canon es realmente beneficioso para la economía nacional?
… que el canon ayuda a difundir mejor la cultura?
… que el canon argentino no fracasará como su antecesor español?
¿Dónde? ¿Alguien los ha hecho? Porque supongo que nadie va a intentar violar mis derechos fundamentales, como la presunción de inocencia, sin tener antes pruebas muy sóldias para sostener que tal acción vale la pena.
Por medio del Partido Pirata Argentino me acabo de enterar hoy se discute en el senado el canon digital. Copio textualmente aquí la entrada de su blog oficial:
<<Hace unos días me comentaban que el proyecto impulsado por el Senador Pichetto sobre el Canon digital en argentina (K- FPV) seguía activo y estaban intentando aprobarlo en este año.
Y hace unos minutos lo pude confirmar:
(Haga click en el volante para expandir)
En el día de hoy Martes 28 de junio a las 16:30 Hs (Agenda de la reunión) la comisión de legislación general del Senado Argentino va a tratar el proyecto expediente S3732/10 “Ley PIRATA argentina” Que no es mas que un impuesto que nos impone un cargo extra sobre la compra de cualquier producto electrónico o insumo, que pueda ser utilizado tangencialmente para copiar contenidoprotegido por leyes de propiedad intelectual. En resumidas cuentas, un nuevo impuestazo tecnológico, pero no solo eso.
El proyecto en cuestión será tratado por senadores que por ejemplo en la última reunión de esa comisión vertieron opiniones tales como: “Es un proyecto que “está bien hecho” y que busca finalizar con la violación de los derechos intelectuales, siendo miles y miles los pesos “que se le roban al autor de la obra” (Dichos textuales de la secretaria de la comisión).
Una vez más nos meten las manos en el bolsillo para proteger un esquema legal obsoleto de protección de los derechos intelectuales; La gravedad del tema que ya ya fracasado en España y busca ser impuesto en nuestro país en breve puede resumirse en estos párrafos:
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El Art. 12: Indica de cuanto
será el impuesto, el porcentaje es sobre el precio de venta:
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b. (CDR/CDRW/DVR/DVDRW/Blu-ray): 75%
c. Tarjetas de memoria: 5%
d. Rígidos integrados o no en un equipo: 10%
e. Decos de señales de televisión por
cable o satelital : 10%
f. Walkmans mp3 (Ipod x ej): 10%
g. Celulares con MP3: 1%
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El valor de venta de precio al público se tomará de acuerdo con el valor de referencia de mercado, y en caso de no contarse con información fidedigna del mismo, a los fines de la aplicación de las tarifas establecidas en la presente ley, se realizará aplicando un cincuenta por ciento (50%) del valor de venta mayorista del producto o dispositivo. Osea, que si es un aparato que no se comercializa en el país, el impuesto sobre el precio pagado es de 50%!
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Entonces en el supuesto caso que compres un equipo en el exterior y lo traigas antes que su lanzamiento en nuestro país tal vez tengas que pagar 50% de arancel aduanero y otro 50% para cumplir con la futura ley pirata Argentina.
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Vamos a ver como sigue esto. Este port no intenta ser un analisis juridico del tema, solo ponerlo en conocimiento de todos, segurametne lo ire modificando con los dias,
analizandolo al proyecto>>.
<<Y si uno mira los artículos de la ley se encuentra al menos 3 puntos que hacen esta ley mucho más dura que la sancionada en España:
La copia privada está permitida pero ya la limitan a que deba ser hecha de un original comprado oficialmente y que no puede ser reproducida colectivamente
Si hay nuevas tecnologías que estas entidades consideran que hay que incluir se puede hacer directamente desde el Poder Ejecutivo y NO el legislativo
Si no hay precio de referencia, o sea uno se trae un equipo del exterior, se aplicará (para compensarlos) una tasa del 50% del valor del equipo!>>
<<Y un detalle.. ¿saben que no hay excepciones para instituciones educativas?>>
Malanesia, un conjunto de islas de Oceanía compuesta por Nueva Guinea y otras islas menores, es el claro ejemplo de la Tercera ley de Clarke: “Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”. Y es que por estas tierras el choque entre dos culturas de distinto nivel tecnológico puede verse a simple vista en las distintas torres de control de bambú, aviones de madera, radios de cocos, hangares con techo de paja y pistas de aterrizaje de tierra creadas por los nativos. ¿Para qué hacen todo esto? Para obtener el cargo: las riquezas del otro de mundo robadas por el hombre blanco.
La locura de Vailala
Si bien no se sabe a ciencia exacta cuándo y cómo comenzó todo, una de las primeras descripciones detalladas de estos cultos al cargo provienen de comienzos de la década del '20 en un fenómeno conocido como Locura de Vailala (un nombre curioso, lástima que no hallé una buena explicación de su origen). Los nativos de Papúa Nueva Guinea habían observado cuidadosamente que los extranjeros blancos no trabajan la tierra ni cazaban, sino que recibían todo lo que necesitaban a través de enormes canoas metálicas. Evidentemente, sus dioses eran más bondadosos que los suyos, así que comenzaron con lo que se llama “la imitación al hombre blanco”. Si imitaban todos los claros rituales religiosos a los que los europeos se entregaban con asiduidad, como el tomar el té por las tardes, bailar o marchar de un lado al otro con el fusil al hombro, entonces ellos también serían bendecidos con el cargo. Y así lo hicieron: pintaron su cuerpo imitando uniformes militares, se sentaron a la hora del té en una mesa decorada con flores a beber quién sabe qué y marcharon con fusiles de bambú al hombro esperando que sus ancestros vinieran en barcos fantasmas a traerles el cargo.
En la costa de Madang, también en Papúa Nueva Guinea, se originó otro culto bastante interesante, deliciosamente relatado por Marvin Harris en su libro Vacas, cerdos, guerras y brujas. (Yo me limitaré a dar un resumen, pero recomiendo seriamente que leas el libro si no lo has hecho ya: es de lectura imprescindible). Parece ser que los nativos aceptaron aprender el cristianismo de los misioneros con el fin de adquirir el “secreto del cargo”, es decir, averiguar de dónde sale y cómo obtenerlo. Sin embargo, ellos interpretaron la Biblia a su manera. Aprendieron como Dios le quitó el cargo a Adan y Eva, como bendijo a Noe un arca repleta de cargo y como Jesús volvería con cargo para los buenos cristianos. Ellos aprendieron y trabajaron duro, pero observaron que todo el cargo iba a parar a las manos de los misioneros y jamás a las suyas: habían sido engañados y se les había ocultado el secreto del cargo. Su interpretación fue la siguiente: Jesús había dado en un principio el cargo a los europeos, pero ahora quería dárselo a ellos. Los misioneros, molestos, se interponían y les robaban el cargo. En medio de la Segunda Guerra Mundial, los japoneses que llegaron a Madang y expulsaron a las misioneros fueron vistos como libertadores, aunque estos luego se llevarían su comida y destruirían sus plantaciones. Luego los japoneses se fueron y volvieron los australianos, que les prometieron prosperidad a los nativos, pero estos, evidentemente, ya no confiaban en nadie. Para mostrarles la verdad sobre el cargo, los australianos llevaron a Yali, un profeta nativo, a que conocer “la civilización”. Si la idea era que Yali comprendiese que no había nada sobrenatural en el asunto, todo salió al revés. El profeta fue incapaz de comprender por qué aquella riqueza no estaba distribuida igual entre todos ni por qué algunos sin trabajar pueden tener todo el cargo que quisieran, mientras que otros, trabajando duro, apenas pueden disfrutar de él. Al volver a sus tierras, Yali comenzó su lucha para erradicar al cristianismo y a los misioneros y se convirtió en un importante líder espiritual.
El culto a John Frum
Si bien las últimas décadas la gran mayoría de los cultos cargo han ido desapareciendo, todavía hay algunos movimientos bastantes fuertes. El principal es el culto a John Frum, que surgió en la década del '40 en la isla de Tanna, en lo hoy se conoce como el archipiélago de Vanuatu. Sus fieles creen que él volverá a la isla en un avión enorme y repleto de cargo, trayendo consigo el paraíso a la tierra. La llegada de John Frum, hermano de Roosevelt, el Rey de America, es para ellos el nacimiento de una nueva época, en la que habrá cargo para todos; como casas prefabricadas, lavadoras, autos, y hasta mujeres rubias; no tendrán que trabajar y estarán libres de la opresión del hombre blanco.
15 de febrero: Día de John Frum
Este culto, claro está, fue impulsado por la llegado de los norteamericanos a la isla durante la Segunda Guerra Mundial. Ellos ya no llegaron en barcos como los ingleses o australianos, sino que lo hacían mediante aviones, los cuales, además, arrojaban cargo a la tierra. Así que los malanesios, continuando con su plan imitador, construyeron las torres, aviones, hangares y pistas falsas que mencioné al comienzo de esta entrada. En la actualidad, cada 15 de febrero se celebra en Tanna el Día de John Frum.
Los cultos al cargo melanesios no son los únicos movimientos de este tipo. Los antropólogos registran unos diez mil movimientos similares en África, quinientos en Filipinas, doscientos en Corea y cien en América latina. Claro que si consideramos que la naturaleza y el universo son las máquinas más avanzadas y complejas que conocemos y que la ciencia, la única herramienta que disponemos para su estudio, es bastante reciente, entonces veremos que esa gran cantidad de misticismos y psudociencias que nos encontramos a diario no son más que cultos al cargo (el genial Richard Feyman tiene su opinión al respecto). Sólo difieren en que entienden por cargo.
Dawkins cuenta la historia de los cultos al cargo. Partes I y II.
No necesito mencionar lo que la década del '60 fue para la música, ni a las fantásticas bandas, músicos y Dj's que proliferaron en esa época. La originalidad y el talento brotaron de los instrumentos ingleses en cantidades abrumantes. Y sin embargo la BBC (British Broadcasting Corporation), la única transmisora británica en ese entonces, sólo dedicaba dos horas semanales a la “música juvenil” y a través de un mero programa dominical que sólo pasaba los éxitos del momento. Por un lado, la BBC, que aún no era independiente del gobierno, estaba obligada a filtrar el contenido para que fuese respetable, educativo, cultural e imparcial, signifique esto lo que signifique. Esto hizo que, desde su creación en el '27, su programación fuera sencillamente aburrida. Lo cual era bastante malo considerando que el gobierno le había cedido el control total de la radio. Inevitablemente, la audiencia terminó sintonizando Radio Luxembourg, una radio comercial creada en el '33 y que tenía como uno de sus principales objetivos romper con el monopolio de la BBC transmitiendo desde fuera del territorio inglés, en el pequeño ducado europeo que le dio nombre. Su programación era mucho más divertida y entretenida y, pese a los distintos obstáculos del gobierno inglés, el cual la consideraba “pirata”, en menos de seis años ya se había hecho con casi la mitad de la audiencia británica. Y si bien Radio Luxembourg paró temporalmente su transmisión en el '39, cuando tuvo que cerrar para que el ducado pudiese mantenerse neutral en la guerra, volvió en los '50 y no sólo recuperó su audiencia sino que fue en esa década cuando vivió su mejor momento. Era claro lo que el publico quería, pero el gobierno no sólo no escuchaba, sino que en el '49 sacó una ley que exigía que para transmitir en suelo inglés se necesitaba aprobación de la BBC (o del gobierno): el monopolio se mantendría.
Pero la BBC no sólo era aburrida, sino que también existían acuerdos con la Musicians Union (MU), un organismo británico cuyo fin es proteger el trabajo y derechos de sus miembros. Estos acuerdos restringían cuál y cuánta música la BBC podía transmitir. No podía ser mucha, pues si el público podía acceder a música gratis durante las 24 horas del día evidentemente no iba a querer comprar discos (como se ve, la idea de que el ser humano prefiere soportar cualquier incomodidad con tal de no gastar un centavo no es para nada reciente) Así, la MU, buscando proteger a la música y a los músicos, restringió aún más su difusión.
Ronan O'Rahilly
Y así llegamos a los '60, cuando entra en la historia Ronan O’Rahilly, un irlandés bien posicionado y que no encontraba discográfica alguna que quisiera a las bandas que el representaba. Así que armó la suya propia. El problema ahora era que la BBC sólo emitía los éxitos del momento y que Radio Luxembourg tenía todo su espacio vendido: no había lugar en el aire para los nuevos músicos de O'Rahilly. Sólo podía hacer una cosa: crear también su propia radio. Y para esquivar aquella ley que exigía el permiso de la BBC para transmitir en suelo británico se inspiró en Radio Verónica, una popular radio holandesa la cual aprovechó el vacío legal existente para transmitir desde alta mar [1]. Con esta idea en mente, O' Rahilly consigió un barco llamado Fredericia y lo llevó al puerto de su padre en Greenore, Irlanda, para que lo convirtiesen en Radio. Junto a él estaba en preparación el barco de Alan Crawford, un australiano que desde hacía tiempo estaba desarrollando un plan bastante similar al de O' Rahilly. Surgió la rivalidad entre ambos, pero el Fredericia estuvo listo primero y en la Semana Santa del '64, cerca de la costa de Suffolk, los locutores Chris Moore y Simon D emitieron su famoso “Hola, esto es Radio Caroline en la frecuencia 199 [2], tu emisora de sólo música…”, y a continuación sonó "Round Midnight" de Jimmy McGriffi, una canción de jazz compuesta por Thelonious Monk. Había nacido la primera radio que transmitía música prácticamente todo el día, y el éxito fue inmediato: en los primeros diez días de transmisión ya les había llegado 20,000 cartas de apoyo.
Round Midnight, de Thelonious Monk
A Crawford esto no le gusto mucho, así que dio nacimiento a Radio Atlanta situándose junto al Frederica y bloqueándole la señal. Ambas embarcaciones compitieron así entre ellas, interfiriéndose una a otra durante un mes hasta que finalmente llegaron a un acuerdo: el Fredericia se establecería hacia el norte de Irlanda y llegaría a los hogares del noroeste de Inglaterra, Escocia e Irlanda, en lo que se llamaría Radio Caroline North; Crawford, al frente del Mi Amigo, se situaría frente a las costas de Essex y cubriría el resto de las Islas Británicas bajo el nombre de Radio Caroline South.
Caroline, de The Fortunes: la firma de Radio Caroline.
Rápidamente la radio se volvió terriblemente popular, y como se avecinaban épocas de elecciones, el gobierno británico se mostró reacio a tomar medidas frente a los “piratas”. El ejemplo de O'Rahilly y Crawford y la inacción gubernamental sólo podía derivar en una cosa: más radios en alta mar. En muy poco tiempo la audiencia pasó de tener sólo el monopolio de la BBC a poder elegir entre Radio Caroline, Radio London, Radio City, Radio 390, Swinging Radio England, Britain Radio, Radio 270 y Radio Scotland, entre otras.
El Fredericia
La alta difusión musical que estas radios produjeron derivó en un aumento constante de la ventas de discos y en la aparición de decenas de grandes nuevos músicos, talentos que de otro modo quizás nunca hubiésemos escuchado. La industria de la música estaba feliz por las ventas, pero se mostró descontenta con ambas partes: por un lado los piratas no respetaban sus derechos, y por el otro el gobierno no sólo no los combatía sino que no les dejaba otra alternativa. Las radios piratas le había mostrado que no solo era posible una una nueva forma de hacer negocios en la radio sino que era necesaria, pero el gobierno y la BBC seguía sin escuchar.
El fuerte de Radio City
La principal rival de Radio Caroline era Radio City. Esta emitía desde una fortaleza de la Segunda Guerra Mundial situada en el Thames Estuary. Uno de los directores de Radio Caroline, el mayor Oliver Smedley, accedió a comprar un nuevo transmisor para el fuerte mientras que Reginald Calvert, el propietario de Radio City y manager de The Fortunes, continuaría sus operaciones en nombre de Radio Caroline. Sin embargo, Smedley retiró el acuerdo cuando supo que el gobierno británico se proponía perseguir a quienes ocuparan fuertes militares, los cuales eran propiedad de la Corona. Furioso por la ruptura del pacto, Calvert fue a pedirle explicaciones a Smedley. El encuentro desembocó en una violenta confrontación en donde Smedly dio muerte a Clavert de un disparo. Si bien bien Smedley fue absuelto de los cargos por considerarse que actuó en defensa propia, este hecho fue la excusa perfecta para que el gobierno británico iniciara una persecución sin tregua de las radios piratas. En el '67 se estableció una ley marítima que preveía el bloqueo de todas aquellas embarcaciones que albergaran una emisora. La falta de alimentos, personal e ingresos hizo que una a una las emisoras piratas fueran cayendo, todas salvo Radio Caroline, que se mudó a Holanda, en donde las emisoras de alta mar aún no habían sido prohibidas, y transmitió durante siete meses. Sin embargo, la renovación de la publicidad extranjera no llegó y los barcos fueron incautados por falta de pago.
El hundimiento de Mi Amigo
El gobierno británico, preocupado por su popularidad, buscó reemplazar a las radios piratas y en el '67 la BBC creó a Radio 1, Radio 2, Radio 3 y Radio 4, para las cuales contrataron a muchos de los antiguos Dj's piratas: las cosas estaban cambiando. Si bien estas son hoy en día exitosas, en especial Radio 2 que es la radio con mayor audiencia en Reino Unido, en su momento los acuerdos con la MU derivaron en un repertorio bastante malo, lo que les valió la desaprobación del público. Esta situación hizo que cuando O'Rahilly reviviera a Radio Caroline en el '72 se encontrara con un enorme público fiel que lo mantendría en el aire hasta el '80, cuando Mi Amigo se hundió tras una tormenta. Sin embargo esto no desalentaría a O'Rahilly, quien en 1983 se lanzó al mar nuevamente y continuó en él hasta el '91, cuando su barco fue abordado por orden del fiscal inglés James Murphy, quien alegó que la frecuencia utilizada por Radio Caroline interfería en las comunicaciones marítimas. La legalidad del asalto esta aún en disputa. Radio Caroline alega que el abordaje del barco en aguas internacionales está prohibido y que la consecuente destrucción de los equipos fue un acto de verdadera piratería. Las autoridades holandesas, por el contrario, alegan que la bandera panameña del barco estaba caduca desde el '87, por lo que no estaba bajo protección legal de país alguno durante el abordaje y que sus transmisiones fueron un incumplimiento de las regulaciones internacionales de la radio, las cuales habían prohibido, desde el '82, toda transmisión comercial fuera de las aguas territoriales de un país.
Abordaje del MV Ross Revenge, el último barco de Radio Caroline.
Desde entonces Radio Caroline transmite con licencia y desde tierra firme a través de Internet.
Notas:
[1] Cabe mencionar que Radio Verónica no fue la primera radio comercial en emitir sin licencia y desde altamar; este honor se le suele dar a Radio Mercur, una radio danesa que comenzó a transmitir en 1958. Pronto los periódicos daneses comenzaron a llamarla "radio pirata".
Ya que en todos lados hay entradas de tono humorístico sobre el tema, yo me daré el lujo de ser un poco serio: hoy es el día del orgullo freaky, el día de lo extraño, de lo extravagante, de lo infrecuente, de lo inusual, de lo atípico. En este día se reivindica el derecho de ser todo eso sin ser juzgados ni discriminados; simplemente se busca que se acepte al otro: se busca libertad. Pero a diferencia de lo que es frecuente, esta libertad no se encuentra vedada por alguna ley o gobierno sino que por gente “común” que juzga lo diferente porque cree que lo que hace la mayoría es la normalidad y que lo bueno es ser normal. Esta idea, la de normalidad, quizás sea la ficción más peligrosa con el que ser humano haya lidiado jamás. Fue esta idea la que llevó a discriminar a las mujeres, a los negros, a los gays, etc. Pero el freaky es alguien que se sale de ese promedio ilusorio y hace lo que le gusta, porque le gusta y pese a los demás. Como ven, la cosa va más allá de los geeks, los roleros, los nerds y demás. Es por eso que odio cuando se intenta dar una lista de requisitos para ser freaky, como si existiese tal cosa. Como si debiese existir tal cosa. Y es que esa lista sólo puede tener un elemento: para ser un freaky hay que desear con pasión hacer algo y hacerlo. Se trata de una cuestión de actitud: es no temerle al ridículo ni a incumplir las expectativas sociales y de los demás. Es elegir vos mismo tu estilo de vida. Y es que si defines la normalidad como aquello que hace la mayoría, entonces terminarás haciendo lo que todo el mundo hace: seguir a los demás.